El Japón enfrenta una crisis demográfica persistente que acaba de ponerse de manifiesto de una manera inesperada. Ocurre que el número de jóvenes que dieron su primer beso cayó a mínimos históricos. Según algunos expertos, este fenómeno contribuiría a explicar las tasas bajas de natalidad del país asiático.

La encuesta realizada por la Asociación Japonesa para la Educación Sexual (JASE) indica que sólo el 27,5% de las jóvenes de entre 15 y 18 años experimentó su primer beso en comparación con el 41,1% registrado en 2017. Entre los jóvenes, la cifra es aún más baja: sólo el 22,8% de los varones dio su primer beso. Estos datos corroboran un alejamiento de las relaciones íntimas que podría contribuir a la caída de los nacimientos y, por añadidura, al envejecimiento de la población.

De acuerdo con los datos de la encuesta nacional sobre sexualidad juvenil que practica cada seis meses la JASE desde 1974, la cantidad de jóvenes que dio su primer beso desciende desde 2005, cuando alcanzó su punto máximo. Como contrapartida, el estudio revela que la tasa de adolescentes que recurrió a la masturbación trepó a cifras récord.

La pandemia y el auge de los mangas sexuales son la explicación

Hay quienes atribuyen los resultados a la pandemia. Durante la emergencia de la covid-19, el Japón implementó la regla de las "tres C" (espacios confinados, lugares concurridos y entornos de contacto cercano) para prevenir la propagación del virus. Esta política, aunque necesaria en ese momento, pudo haber afectado la vida social y sexual de los jóvenes.

También se sugiere que aumentó el consumo de contenido sexual vinculado, por ejemplo, al manga. Esto podría estar reemplazando las relaciones interpersonales.

“Se cree que en la falta de contacto físico amoroso entre los jóvenes influyó la combinación del cierre de las escuelas y las restricciones a la presencialidad debido a la pandemia del coronavirus en un momento delicado en el que los estudiantes de secundaria y bachillerato comienzan a sentir interés por la sexualidad”, afirmó el catedrático de sociología cuantitativa de la Universidad de Musashi, Yusuke Hayashi, según las publicaciones consultadas. 

En octubre de este año, el portal DW informó que el nuevo primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, había definido a la baja natalidad y la despoblación que vive el país como "una emergencia silenciosa", en un discurso en la Dieta (Parlamento), tras asumir el cargo el pasado. Según el Banco Mundial, el país tiene la población más envejecida del mundo después de Mónaco.